La pesca de cerco se realiza casi siempre desde el ocaso hasta el alba, detectando las posibles capturas mediante dispositivos electrónicos como el sonar y la sonda, y en base a la experiencia del patrón sobre las corrientes y las condiciones de pesca para dirigirse a uno u otro caladero. Históricamente los bancos de peces se detectaban mediante el “ardor del pescado”, que es el reflejo proyectado por los peces con la luz al subir hacia la superficie para alimentarse, por lo cual, de manera tradicional a los barcos de cerco se les conoce en algunas localidades costeras como los “barcos de ardora”.  

De manera diaria, los barcos cerqueros salen del puerto al atardecer para poder realizar las primeras capturas (primer lance) al ponerse el sol. Una vez que se detecta el primer banco, conociendo su dirección y la del viento se pone en marcha la maniobra de captura, que consta de las siguientes fases: 




Maniobra de largado:

el arte de pesca se echa al agua señalando su inicio con una boya o bien mediante un bote auxiliar que se lanza al agua llevando con él un extremo de la red y la jareta (extremo que cierra).  

Realización del cerco:

el buque se mueve realizando un círculo y largando el aparejo al mismo tiempo hasta llegar a la posición inicial, rodeando el cardumen (banco de peces)y cortándole la trayectoria de manera que la red quede a barlovento (dirección del viento) y libre de las interacciones de la corriente.  

Cierre del cerco:

Una vez el buque llega a la posición inicial, se recoge el inicio del arte señalado con la boya o bien el cabo, cerrando el aparejo por debajo con ayuda de la jareta. Con ayuda de un brazo hidráulico instalado en el buque, por el que pasa toda la red y sus relingas, la tripulación puede recoger el paño sobre la cubierta del buque.  

Subida de la captura a bordo:

al pasar la red y las relingas por el brazo hidráulico, se comienza a girar la red concentrando el cardumen en el cerco. Una vez que el pescado está lo más concentrado posible, con ayuda de un salabardo (red más pequeña, de mano o mecánica que permite levantar el pescado de la superficie mientras que el resto que siguen dentro puedan moverse, evitando que se hagan daño y poder devolver al mar las especies que no cumplen con la talla mínima) se va distribuyendo el pescado sobre las cajas colocadas en cubierta a la vez que se le echa hielo para la conservación de las capturas. Las cajas se van apilando y asegurando por medio de tablones en la conocida como “cajonada”, para evitar que se desplacen y caigan. En el caso de los barcos cerqueros de mayor capacidad, el llenado de las cajas se realiza en bodega, abriéndose directamente el salabardo sobre la boca de esta. 

Y así, después de los lances necesarios para llenar la bodega, los barcos regresarán a puerto para descargar las capturas. Tras la primera venta en lonja, el pescado de ACERGA llegará a tu mercado de confianza, supermercado, restaurante o planta transformadora para enlatado. Tú eliges cómo disfrutarlo!