El pasado 17 de julio la Dirección General de Ordenación pesquera y acuicultura comunicó el cierre precautorio de la pesquería de sardina en aguas ibéricas de la zonas ciem viiic y ixa para los buques de cerco del cantábrico y noroeste y para los buques que usen los artes altamente selectivos de racú y de piobardeira.

La decisión se produce en base a los datos actuales de consumo que obran en poder de la Secretaría General de Pesca y según los cuales se ha superado el cupo asignado de 3.741 toneladas. Sin embargo, aquellos buques que consigan, mediante transferencias temporales, cantidades extra de sardina ibérica para su uso particular (según lo recogido en la Orden APA/315/2020) podrán reanudar la pesquería a partir de la fecha de autorización de dicha transferencia temporal y hasta el agotamiento de la cantidad obtenida.

A pesar de los datos de recuperación de la sardina obtenidos por el IPMA (Instituto Portugués do Mar e da Atmósfera) en su última campaña de evaluación de pelágicos, la cuota asignada para la campaña 2020 tan solo le ha permitido al sector capturar dicha especie durante 2 meses y medio. Esta es una mala noticia para ACERGA ya que la sardina es una de las especies con mayor rentabilidad económica para la flota, que en Galicia está compuesta por 152 embarcaciones, la mayoría de ellas integradas en nuestra OPP.

A la espera de que la reclamación realizada por ACERGA para que la especie pase a nivel de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), y de su consecuente ajuste del stock de la sardina ibérica por parte del ICES, el sector tendrá que recurrir a la transferencia de cuotas con el Golfo de Cádiz para poder reanudar la pesquería.